JUSTICE LEAGUE, de Zack Snyder
Tras una conflictiva producción que en el camino se vio sorprendida por tragedias personales, escándalos, reshoots e inesperados cambios de edición de última hora para intentar contrarrestar el enorme peso de las críticas de sus superheroicas producciones previas, Warner Bros. presentó finalmente la primera película que reúne a los más grandes héroes de DC Comics: “Justice League”. En la película, la muerte de Superman ha provocado que el mundo pierda esperanza y la violencia resurja con fuerza Metropolis. Batman (Ben Affleck) continúa protegiendo a Gotham, mientras que Wonder Woman (Gal Gadot) hace lo propio en Londres donde trabaja como restauradora de arte en museo. Pero algunos extraños avistamientos de demoniacas criaturas aladas en Gotham y Metropolis, así como un mensaje enviado por las amazonas, alertan sobre una inminente invasión, por lo que Bruce y Diana comienzan a reclutar a otros metahumanos para defender al planeta del conquistador Steppenwolf (Ciarán Hinds), quien está en busca de las Cajas Madre, tres objetos milenarios que contienen la energía de la creación del universo y que han sido resguardadas de manera independiente por Atlantes, Amazonas y Humanos con el fin de evitar que su poder se conjugue y ofrezca a su poseedor un poder ilimitado. Con la narrativa elemental y lineal que se acostumbra en el cine de superhéroes, la primera hora de la cinta se da el tiempo necesario para presentar a los nuevos personajes y sus conflictos personales, los cuales son planteados de manera muy básica pero eficaz: un Arthur Curry/Aquaman (Jason Momoa) duro, rebelde y despreocupado con el peso de ser el heredero el trono de la Atlántida; un Barry Allen/Flash (Ezra Miller) hiperactivo e inseguro que se ve agobiado por el injusto encarcelamiento de su padre; y finalmente un joven genio Victor Stone/Cyborg (Ray Fisher) que se encuentra acosado por los fantasmas de la pérdida de su madre y el experimento al que lo sometió su padre con el fin de salvarle la vida tras un accidente, pero que lo dejó convertido en un ser orgánico-tecnológico que se considera a sí mismo un monstruo. Ya lo dijo Samuel L. Jackson a través de su personaje Valentine en "Kingsman: The Secret Service" (2014), de Matthew Vaughn: “Una película es tan buena como lo es su villano”, y el principal problema del cine de superhéroes son precisamente sus antagonistas. Los ejemplos sobran: “Avengers: Age of Ultron”, “Iron Man 2”, “Iron Man 3”, “Thor: The Dark World”, “Batman v Superman” y un largo etcétera. “Justice League” no es la excepción a la regla, y aunque Steppenwolf tiene un diseño de arte increíble y a un buen actor detrás de su interptetación, su imagen en pantalla se ve opacada por un excesivo uso de CGI, aspecto que resulta también el mayor defecto de la película en general, una sobresaturación de efectos creados por computadora que en gran parte son excepcionales pero que en otros momentos distan mucho de ser de primer nivel. Sin embargo, lo defectuoso de los efectos especiales no logra mermar el entretenimiento, la emoción y diversión que ofrece este relato con buen ritmo y la genial química en pantalla que logra el superequipo, conformado por personajes interesantes y con mucho carisma. Mucho más luminosa y ligera que las anteriores propuestas del Universo Extendido de DC –incluso más que la reciente “Wonder Woman” (2017), de Patty Jenkins–, “Justice League” consigue un tono equilibrado entre el drama, la acción y la aventura con esporádicas inserciones de humor, el cual por lo regular viene de las intervenciones de Flash o Alfred; el primero con sus reacciones entre la ingenuidad y la inexperiencia dentro del mundo súperheroico y sus nulas habilidades sociales, mientras que el mayordomo continúa con su característico sarcasmo. Ambos tipos de humor provienen de las reacciones genuinas de los personajes, por lo que se sienten naturales y como una respuesta orgánica de su personalidad. La incursión de Joss Whedon en el rodaje de algunos reshoots, en la post producción y en la reescritura parcial del guion –por el cual tuvo el crédito en pantalla de coguionista– luego de la salida de Zack Snyder debido a una tragedia familiar, dio la oportunidad a Warner Bros. de reconfigurar las coordenadas del destino final de su heroico universo, por lo que se nota una dirección más clara en cuanto al tono y estilo que nos ofrecerán las futuras entregas de los héroes de DC Comics. Aunque no podemos dejar de señalar el hecho de que el director de “The Avengers” (2012) respondió a las peticiones del estudio para entregar una película que no superara las dos horas de duración, por lo que hay ocasiones –sobre todo en la segunda mitad del filme– donde la trama parece avanzar con situaciones que se agolpan en la pantalla de una manera apresurada; se logra percibir la desaparición de escenas intermedias que fueron extirpadas para una narrativa más dinámica. No obstante, “Justice League” termina por ser una decorosa propuesta de cine súperheroico para este final de año; todo un espectáculo audiovisual estridente que ofrece un par de horas de entretenimiento genuino con personajes mejor delineados y abordados –como el caso de Superman, cuyo traje luce incluso mucho más luminoso y vivo– y cuyos fallos no logran debilitar su estructura como el nuevo sólido pilar del Universo Extendido de DC.
LIGA DE LA JUSTICIA Justice League | 2017 | Dir. Zack Snyder | Actores: Ben Affleck, Gal Gadot, Ezra Miller, Jason Momoa, Ray Fisher, Henry Cavill, Amber Heard, Amy Adams, Ciarán Hinds, J.K. Simmons, Jeremy Irons, Connie Nielsen, Robin Wright, Diane Lane, Kiersey Clemons, Billy Crudup, Daniel Stisen, Jesse Eisenberg, Samantha Jo, David Thewlis, Joe Morton.